Se trata de Kate Chilver una mujer de 31 años que perdió la batalla
contra la anorexia, tras 20 años de sufrir la enfermedad. Kate era
británica y a lo largo de su enfermedad, había sido calificada por los
especialistas que la trataron como el peor de los casos que ellos habían
visto.
Fueron dos décadas de lucha en la que su cuerpo era tan delgado que
muchas partes ya no tenían movilidad debido a que el flujo sanguíneo no
llegaba. Según cuentan los especialistas, el IMC ( Índice de Masa
Corporal) de Kate era de 12, mientras que una persona normal debería
estar mínimo en 20.
El doctor Frances Connan, psicólogo consultor en la Clínica Vincent
Square, en el suroeste de Londres, recuerda, en el diario Dailymail,
cómo desde 2004 la joven era alimentada por un tubo. Y cómo había
abandonado el centro solo dos veces y para rápidamente volver a ser
ingresada. También recuerda cómo Kate no respondía a la medicación y no
podía participar en terapias. Al momento de su muerte Kate apenas pesaba
30 kilos y medía 1.70 cm, aprox.
Tras la autopsia, se determinó que la muerte se produjo por la
ausencia total de grasa de su organismo que permitió que sus arterias se
cerraran por falta de circulación sanguínea. Su cuerpo estaba
literalemente "muerto de hambre", apuntan.